Mendel el de los libros

No me puedo creer que haya tardado tantos años en ponerme a leer a Stefan Zweig.  Lleva en mi lista desde que un apreciado profesor de la Escuela Secundaria Obligatoria lo recomendó encarecidamente.
Ha sido un libro bastante corto, pero muy intenso. Me ha encantado la forma de escribir, cada palabra parece elegida con un esmero incalculable, capaz de dibujar en tu cabeza unas imágenes increiblemente vívidas.
Es una fantasía de libro, en serio, si te gustan los libros bien escritos, te va a encantar. Me ha dejado con ganas de más.

No suelo leer novelas cortas, pero gracias a este libro he podido apreciar este género. En apenas 70 páginas, Zweig es capaz de enmarcar una historia en el presente del protagonista, con su marco evolutivo y su desenlace. Es capaz de dotar de profundidad a sus personajes, y de describir vívimanete escenarios del pasado. A Méndel sólo lo llegamos a conocer a través de la historia que cuenta otro personaje, y brevemente a través decierto comentarios que hace el protagonista principal, pero al acabar el libro sentí como si lo hubiera conocido yo misma en persona.

Stefan Zweig utiliza un lenguaje sencillo y elegante, lleno de frases para la eternidad, demoledoras: «Mendel ya no era Mendel, como el mundo ya no era el mundo». A menudo pensamos que se premia una conducta intelectual, pero los medios de comunicación, la gente de a pie da constantemente bofetadas al saber, lo excluye de sus vidas, porque pensar, quizás, es demasiado doloroso. Y esto es lo que he visto en Mendel, como un hecho absurdo, como la ignorancia extrema, lleva a un hombre a la muerte.No en vano, la novela concluye con estas líneas: «Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda la existencia: la fugacidad y el olvido».

Una de Mujeres

De todas las estupideces que he oído, pocas me impresionan tanto como el empecinamiento en que hay una suerte de límite natural de derechos a los que un colectivo puede aspirar, como si fuera una ley física, y en consecuencia cualquier reclamación por encima de ahí es ilegítima. Casualmente ese límite natural coincide siempre justo con los derechos ya reconocidos. Por eso las feministas buenas eran las de antes, las que ya están muertas.

Sócrates se quejaba de que los jóvenes eran unos vagos que aprendían a escribir para no tener que memorizar cosas (La gracia de la anécdota es que si se conoce es porque Platón la escribió). 2500 años después tu tío José Ángel no tiene ningún problema con la tele y la radio, pero Internet es el demonio. Que existieran las jornadas laborales de 8 horas y las vacaciones pagadas cuando tú naciste no significa que no haya costado sangre, sudor y lágrimas obtenerlas. Idem con el sufragio femenino, por decir algo. Me cuesta entender que alguien pueda NO VER esto.

Para los niños pequeños la realidad no es un subconjunto dentro de lo probable, sino que la realidad y lo posible son la misma cosa. Con el tiempo y con educación esta creencia tiende a corregirse, salvo para ciertos adultos que se empeñan en sostenerla hasta la muerte. Así que si veis a gente diciendo estas cosas de que pa qué queremos tantos derechos, que ya tenemos muchos, una de dos, o son unos cabrones de preocupar, o necesitan repetir 5° de Primaria.

También me flipan los imbéciles de «no os veo hablando de las mujeres iraníes/indias/sudanesas». Mira, Juan José. Tú no sé, pero yo llevo dos décadas leyendo sobre esas mujeres, con frecuencia llorando por ellas. Nada de lo que les hagan te convierte a ti en buena persona. A ver si crees que el feminismo consiste en que yo me desgañite gritando sola hasta desplomarme por todas las mujeres que sufren en el mundo mientras tú te rascas fuerte la huevada y me miras por encima de tu periódico para censurarme «tsch, tsch, así no, eh, te lo digo yo».

Nadie me ha preguntado mi opinión, por supuesto, pero tampoco les había preguntado nadie la suya y me la tuve que tragar igualmente. Un cordial saludo.

Una de etimologías frutíferas

Los europeos de toda la vida han considerado las manzanas frutas y las frutas manzanas, sin tener muy claro los límites de una y otra. Como cuando Homer tiene que poner nombres a los animales y va llamándolos BICHO DE TIERRA, BICHO DE RAMA…

d1sikprx4aexqex

1. LA NARANJA En alemán (y otras lenguas germánicas), ruso (y otras eslavas) y lituano (y la otra báltica), se dice APELSIN (o similar). Viene del neerlandés APPELSIEN; y este, del francés POMME DE SINE (manzana de china).

2. LA PATATA Vale, no es una fruta, pero viene al caso. Porque aquí los franceses son muy Homer. ¿Qué es esto? POMME DE SINE. ¿Y esto? POMME DE TERRE (manzana de tierra). Pos claro.

3. EL MELÓN Viene del latín MELO, MELONIS; y este, del griego μηλοπέπων (MELOPEPON), que significa «manzana madura».

4. LA SANDÍA En inglés se dice WATERMELON («melón de agua»), y ya sabemos que un melón etimológicamente es una «manzana madura».

5. EL MEMBRILLO Viene del latín MELIMELUM; y este, del griego μελίμηλον (MELIMELON), «manzana de miel» o «manzada dulce».

6. LA GRANADA Viene del latín MALUM GRANATUM, ecir, «manzana granulada», con granos.

7. EL MELOCOTÓN En inglés PEACH, en francés PÊCHE, en alemán PFIRSICH, en ruso персиковый (PERSIKOVYY)… Todos vienen del latín MALUM PERSICA (manzana persa).

Y ADEMÁS En castellano, MELOCOTÓN viene del latín MALUS COTONEUM (manzana de Cidonia), que era el nombre con el que llamaban al árbol del -wait for it- MEMBRILLO, pero como los romano injertaban melocotoneros a los pies de los membrillos, pues hubo ahí un desplazamiento to tocho.

8. EL ALBARICOQUE Viene del árabe AL-BARQUQ, pero el viaje que hizo esta palabra es fascinante. Empezaron los romanos llamándolos MALA ARMENIACA (manzanas armenias), pero luego pasaron a PRAECOQUA (precoces, maduradas antes de tiempo), porque maduran antes que otras frutas.De ahí pasó al griego PRAIKOKIA; y de este, al arameo BARQOQIYA. Al aprender esta palabra los árabes se dijeron: «Oh, esa -a del final debe ser el famoso artículo armenio que ponen a las palabras, así que nos quedamos solo con la primera parte.»Y los árabes les pusieron su propio artículo: AL. Quedando al final AL-BARQUQ. Luego pasó nosequé de que vinieron a la Península Ibérica y reaprendimos esa palabra. También por ahí pasó al resto de Europa como APRICOT (en inglés) y similares.

9. LA AVELLANA Viene del latín ABELLANA NUX (nuez de abella). ¿Y qué es abella (pronúnciese con doble ele, no con elle)? Una pequeña ABEL, una APPLE (manzana en inglés). Viene de la raíz germánica APLU (manzana).

10. EL TOMATE En español viene del náhuatl, de la abreviación de XITOMATL (de hecho en México los llaman «jitomates») que parece que se podría traducir como OMBLIGO DE AGUA GORDA (porque el tomate tiene un ombliguito), pero… ¿y en otras lenguas europeas? En italiano es POMODORO, en ruso POMIDOR y en lituano POMIDORAS. Todas vienen del italiano POMO D’ORO (manzana de oro). Los primeros tomates que se cultivaron en Italia eran amarillos, por eso se llamaban así.

11. LA BERENJENA Del sánscrito VANGANA, al antiguo persa PATANGAN, al árabe (AL-)BARANGAN y llegan a la Península Ibérica al portugués BERINGELA, al castellano BERENJENA y al catalán ALBERGÍNIA (con muchas variantes). De ahí se extienden a más lenguas europeas, PERO el italiano va y hace un BLENDING, ecir, mezcla dos palabras en una sola. Fusiona MELO BADINGIAN -> MELANGIAN -> MELANZANA (forma actual), que podríamos «traducir» como MANZANA (de tipo) BERENJENA.

12. LA MANZANA Para los latinos, la manzana era una manzana. ¡Sorpresa! La palabra latina para manzana era MALUS y MATTIANA era solo un tipo de manzana. Era como llamar iPhone a todos los smartphones. ¿Por qué dejaron de llamar MALUS a la manzana? Pues porque MALUS con a larga era manzana y MALUS con a corta era malo. Perder la distinción entre una y otra pudo favorecer el cambio a MATTIANA, que no se confundía con ninguna otra palabra.

Una de Juego de tronos y la Salud.

J2

Hoy os traigo «Canción de bata y fonendo», un proyecto divulgativo ideado por los Yo, doctor, que consiste en tomar a los personajes de Juego de Tronos y describir algunas de sus características de su salud para explicar cómo funcionan. Así, por ejemplo, utilizan a Hodor para hablar de la afasia, al «Perro» para hablar de quemaduras y al lobo «Fantasma» para explicar en qué consiste el albinismo.

Pinchando en cada imagen podéis ver más detalles y ver el tuit original en el que lo han compartido. Y no os olvidéis de seguirlos, es una alegría que en España haya cada vez más gente con este ingenio y este talento para divulgar ciencia! 🙂

J3J4

J1j5

Una de acabar libros

Sé que esto probablemente parezca  una idea absurda para muchos de vosotros, pero desde hace tiempo siento como si tuviera la obligación de terminar cualquier libro que empiezo a leer. Esto me ha hecho extremadamente reacia a leer cosas fuera de mi zona de confort…

Siempre he pensado que tenía que poner esfuerzo en terminar a terminar cualquier libro, aunque no me gustara, lo cual implicaba perder el tiempo en sí que me costaba leer dicho libro, y me impedía a su vez el leer otras cosas que tenía en mi pila de libros sin leer. Llegó un punto en el que era agotador para mí intentar elegir un nuevo libro, ya que me preocupabaconstantemente por el tiempo que perdería al tener que terminar algo que a lo mejor no iba a disfrutar.

Hace poco leí leí los dos primeros libros de un Mago en Terramar y me fascinó por completo con el mundo y la historia, así que decidí leer «La mano izquierda de la oscuridad» con la esperanza de saciar mi deseo de obtener más historias de Ursula K Leguin. Cuando llevaba un 25% del libro, me di cuenta de que no estaba disfrutando la historia, pero nuevamente sentí que le «debía» al libro el terminarlo, debido a mi amor por las obras originales.  Después de forzarme a continuar unas pocas semanas, al final me di cuenta de que ese libro no era para mí. Decidí, por primera vez, colocarlo en la estantería, sin terminar. Me sorprendió lo liberador que era hacerlo y me puse con un nuevo libro que me moría por leer desde hace tiempo y que me he acabado en dos días.

Es casi como si el hecho de saber que puedo dejar un libro sin terminar si no lo estoy disfrutando, haya ingrementado mis ansias de leer. Es una sensación bastante gratificante.¿A alguién más le ha pasado esto? ¿O todavía te sientes obligado a terminar algo una vez que lo has iniciado, incluso si no lo estás disfrutando?

¿Por qué hay culturas más individualistas que otras?

Los estadounidenses y los europeos se destacan del resto del mundo por nuestro sentido individualistico. Nos gusta pensar en nosotros mismos como únicos, autónomos, automotivados, hechos por nosotros mismos. Tal y como observó el antropólogo Clifford Geertz, esta es una idea peculiar.

Es más probable que las personas de otras partes del mundo se entiendan a sí mismas como entretejidas con otras personas, como interdependientes, no independientes. En esos mundos sociales, su objetivo es adaptarse y ajustarse a los demás, no destacar. La gente se considera parte de un todo más grande: hilos en una red, no solo jinetes en la frontera. En Estados Unidos, tienen una expresión que dice «la rueda que chirría recibe la grasa». En Japón, la gente dice que «el clavo que asoma recibe martillazo«.

Estos son tan solo unas pinceladas sobre el tema que estamos tocando, pero esta investigación muestra que estas dos mentalidades tienen consecuencias de gran alcance. El psicólogo social Richard E. Nisbett y sus compañeros descubrieron que estas diferentes orientaciones sobre la independencia y la interdependencia afectaban el procesamiento cognitivo. Por ejemplo, es más probable que los estadounidenses ignoren el contexto y que los asiáticos le presten atención. Si le muestras una imagen de un pez grande nadando entre otros peces y hojas de algas marinas a un estadounidense, éste recordará primero el pez central único. Eso es lo que queda grabado en su mentes. Los espectadores japoneses comenzarán su recuerdo con el fondo. También recordarán más las algas marinas y los otros objetos en la escena.

 

Sigue leyendo ¿Por qué hay culturas más individualistas que otras?

Reseña: Las tumbas de Atuan (Historias de Terramar #2)

En 1971, tres años después de publicar “Un mago de Terramar“, Ursula K. Le Guin sacó “Las tumbas de Atuan” (“The tombs of Atuan”), la segunda entrega de la trilogía original de Terramar. Probablemente hayáis leído o escuchado en algún lugar que si pones una rana en una olla llena de agua y la pones a hervir, la rana no se dará cuenta de lo que está pasando hasta que sea demasiado tarde. Eso dicen. Bueno, Ursula K. Le Guin escribe de esa mismo forma: abres el libro pensando que vas a nadar y no notas que el agua se está calentando hasta que te quema. Te hervirá vivo, y lo hará con palabras.

AtuanLa historia  no empieza justo donde lo dejamos en el anterior libro sino que estamos en una zona dinferente de Terramar, con otra gente, otra cultura y otras creencias diferentes de las del primer libro.  Como secuela es atípica. Ya no sólo porque prescinde de cualquier personaje del primer libro hasta muy avanzado éste, sino porque parece diseñado para constituir su opuesto. Así, allí donde aquél presenta un viaje iniciático, que lleva a su protagonista por todo el archipiélago de Terramar, la acción de su continuación se circunscribe casi por completo a un pequeño complejo religioso, que alberga el ancestral laberinto de los Sin Nombre, así como el más moderno templo del dios-rey del Imperio Kargo.

Los primeros capítulos de este libro son un poco confusos y aburridos. Sin embargo, de la oscuridad de esos capítulos y de las profundidades del laberinto, surge una historia de redención, sufrimiento humano y voluntad, una voluntad de vencer el gran mal cuando sucumbir a la oscuridad hubiera sido un camino mucho más fácil. Lo mejor del libro como siempre son los personajes que en todos los casos tienen un arco de desarrollo impresionante y que de verdad he disfrutado un montón. Me gusta mucho como la autora refleja el crecimiento de Tenar, desde su niñez hasta su edad adulta, y como su comprensión del mundo que la rodea aumenta.

Sigue leyendo Reseña: Las tumbas de Atuan (Historias de Terramar #2)

Una de videojuegos: To the moon

to-the-moon-screenshot-wallpaper-title-screen
Creado por / Create By: Freebird Games
Año / Year: 2011
Plataforma / Platform: Windows
Genero / Genre: Psicológico, Surreal.
Origen / Origin: USA
Duración aproximada: 4:30 horas

 To The Moon [ 4,99 €] es una experiencia que depende casi por completo de la forma en que se desarrolla su historia y de la música excepcional que la respalda. Desvelar de qué va la historia, más allá de la premisa, sería arruinarle el juego a cualquier jugador potencial. Y si bien puedo ofrecer todo tipo de elogios sobre la banda sonora, es dificil poner en palabras lo mucho que me ha impactado este juego.

To The Moon es un viaje increíble a través de los recuerdos de un hombre que ha llegado al final de su vida, y siempre y cuando no te importe el hecho de que la jugabilidad no implica mucho más que andar por ahí y al hacer click en las cosas, deberías darle una oportunidad a esta gema. Se trata de un juego de aventura con algunos elementos de rompecabezas sencillos.

to-the-moon-screen-111

En caso de que no esteis familiarizados con el tema principal de  To The Moon, os lo resumiré. En un futuro no muy lejano, existe una tecnología que permite a las personas modificar sus recuerdos. La compañía que está detrás de esta tecnología lo ofrece como un servicio para otorgar deseos a aquellos a los que les queda muy poco de vida, permitiendo a esas personas la oportunidad de abordar virtualmente cualquier remordimiento que puedan tener o cumplir sueños que nunca tuvieron. Sin embargo, esta tecnología no puede crear recuerdos así como así. Más bien, se hace una copia de ciertas partes de los recuerdos de una persona y unos agentes especialmente capacitados le dan a la persona un pequeño el empujón que necesita para cambiar el rumbo de su nueva vida.

La historia es maravillosa. Es profunda, emocional, preciosa…. La estructura de la historia sigue orden cronológico inverso, ay que para modificar los recuerdos del paciento primeor es necesario navegarlos desde el más reciente hasta el más antiguo.  Te hará preguntarte el cómo y por qué de varias cosas, solo para retroceder un poco en el tiempo y obtener tal vez una respuesta o dos junto con otra pregunta. A lo mejor piensas que has averiguado hacia dónde iban las cosas y de pronto se descubre un nuevo detalle, una nueva explicación. Y cuando finalmente se entreteje todo y todo llega a un punto crítico, es difícil no sentir algo por estos pequeños grupos de píxeles.

screen696x696-95

evanneil

Bajarse del burro

En español tenemos un montón de expresiones similares con el burro como protagonista: «bajarse del burro», «apearse del burro» y «caerse del burro». A todas ellas se le atribuye el significado de que alguien reconocer que ha errado en algo.
Esta definición parece indicar que quien se apea del burro actúa motu proprio y hasta de forma graciosa, matices que están ausentes en el uso habitual de la expresión que, más bien, apunta a que acepta hacerlo después de un tiempo de resistirse a ello.
En cualquier caso, al utilizar esta expresión, además de indicar que se ha producido una rectificación también damos a entender que anteriormente había habido un empecinamiento en el error. Esta circunstancia, caracterizada más por el orgullo que por la falta de capacidad, es bastante frecuente.
Sin embargo, en esta vida uno debe saber bajarse del burro  cuando es necesario. Para rectificar el curso de las cosas es necesario reconocer nuestros errores a tiempo, evitando así situaciones complicadas que no sólo acarreen consecuencias negativas sino que además vengan a dañar nuestra imagen y credibilidad de manera irreversible. Los errores generalmente se perdonan (o, al menos, se olvidan) pero el empecinamiento en los mismos merece un juicio menos clemente.
En inglés existen dos construcciones verbales para expresar esa idea de reconocer un error tras oponer cierta resistencia: to climb down (descender) y to back down (echarse hacia atrás). Se puede utilizar también climb-down o climbdown como sustantivo.
Ejemplo práctico:
  • Después de todo el lío, al final se tuvo que bajar del burro y reconocer que nuestras estimaciones de ingresos eran mucho mejores que las suyas. After all the fuss, in the end he had to back down and admit that our revenue projections were much better than his.
  • El Primer Ministro se tuvo que bajar del burro porque muchos de sus propios diputados se opusieron a su propuesta. The Prime Minister had to climb down because there was much opposition to his proposal from the members of his own party.
Es bastante frecuente que el empecinamiento en el error se convierta casi en lo que en otro tiempo se llamaba una actitud vital. Es decir, una superioridad basada en el desprecio a los demás y en una confianza desmesurada en uno mismo, que hacen casi imposible el diálogo y la rectificación.
En estos casos podemos utilizar una construcción inglesa (to get off one’s high horse) que incorpora una imagen similar a la de la expresión española que nos ocupa aunque con un sentido algo diferente o, al menos, mucho más específico.
Ejemplo práctico:
  • Espero que la caña que le dió el jefe sirva para que baje al mundo de los mortales y empiece a tener en cuenta lo que dicen los demás. I hope the stick he got from the boss will make him get off his high horse and start listening to what others have to say.

Una de embarazos japoneses

¿Sabíais que en Japón un embarazo dura 10 meses?

Aunque probablemente no sea lo que te piensas.

Los embarazos en todo el mundo, Japón incluido, duran unas 40 semanas. La diferencia es la manera de contar estos meses.

En el mundo occidental, el embarazo se cuenta por meses calendario. Cada mes, tiene entre 4 y 5 semanas de duración (con la excepción de febrero, al que le gusta ser diferente).

En Japón, el embarazo se divide en 10 «meses» de 4 semanas.

Como me costó un poco entenderlo, os triago esta tabla:

 

Ambos sistemas tienen sus ventajas: contar con meses calendario hace que la estimación de una fecha del nacimiento sea mucho más fácil. Además, los trimestres se dividen más fácilmente en 3 períodos de 3 meses. Con la manera japonesa, siempre sabrás qué mes estás sin tener que consultar el calendario

Afortunadamente, ambos países también cuentan embarazos por semanas, así que si eres un occidental embarazado en Japón, ésa sería la forma neutra de contar tu embarazo.